Sacar a los y las modelos infantiles del estudio
es toda una aventura pero tiene su recompensa.
La luz natural y las composiciones que ofrecen los exteriores son fascinantes.
En esta clase de fotografías lo importante es que nuestros protagonistas se fundan con el paisaje, que no lo interrumpan,
que posen en él como si fueran duendes que habitan en plena naturaleza.